En el McDonald’s del centro comercial Titán plaza a las 7:57 pm se encontraba una familia de siete personas comiendo en una mesa grande, habían dos niñas, una muy pequeña y la otra de aproximadamente trece o quince años; un niño de casi diez u once; dos adultas que aparentaban ser hijas de una señora mayor que también se encontraba allí, y por último estaba un señor que al parecer era el esposo de una de ellas dos.
Conversaciones distintas pero tranquilas se veían en el mismo momento, la de los niños era una y la de los adultos otra, mientras todos comían la niña más pequeña les ofrecía papas a las personas que se encontraban en la mesa pero nadie le recibía, una de las adultas tomaba bastante agua y se tocaba constantemente el cuello haciendo un mal gesto con la cara, como si le estuviera doliendo, todos comían tranquilamente y ésta misma le daba muchos besos a la niña pequeña. La otra mujer tomó una servilleta y el mando de una nueva conversación en la que solo estaban involucradas ella y la otra chica que parecía ser su hermana.
Como la niña estaba jugando con los vasos de gaseosa uno de estos se le rego en la ropa y en la mesa, su madre se veía muy enojada por la expresión que tenía en su rostro y porque le dio un pequeño golpe en la mano a la pequeña, todos quedaron en silencio mientras la reprendía por lo que había hecho, su hermana y el niño fueron corriendo a buscar servilletas mientras la joven adolescente terminaba de comer, la señora mayor y el que podría estar segura de que era el papá de la niña recogían la basura de la mesa. La hermana de la madre de la pequeña y el niño volvieron agitados a la mesa con muchas servilletas en sus manos, la mujer se volvió a sentar y el niño empezó a llevar la basura a la caneca. Mientras todos recogían y limpiaban seguían hablando pero esta vez con una expresión mucho más tensa, como si el acontecimiento que acababa de ocurrir le hubiera dado un rumbo distinto a la situación.
El niño iba hasta la caneca y cuando volvía a la mesa la adolescente le daba más basura para que llevara, lo que hizo que estos dos se rieran y salieran de la conversación que había en la mesa, empezaron a jugar a que ella le tiraba cosas sin tener nada en las manos y él se las recibía al lado de la caneca y las botaba, se veía que estaban divirtiéndose.
La madre de la pequeña les hizo un ademán a todos dándoles a entender que era hora de irse, se pusieron de pie y empezaron a salir con bastante afán, tal vez por la hora ya que era bastante tarde para ser domingo o porque tenían que hacer más cosas. De esta familia me llamó mucho la atención que en todo el tiempo que estuvieron comiendo ninguno de ellos saco algún aparato electrónico, incluyendo celulares tal vez para contestar alguna llamada o para chatear, algo que ahora es muy común en las personas, me pareció extraño ver esto ya que ahora es común en la sociedad ver a las familias sentarse y no dialogar sino chatear.En el McDonald’s del centro comercial Titán plaza a las 7:57 pm se encontraba una familia de siete personas comiendo en una mesa grande, habían dos niñas, una muy pequeña y la otra de aproximadamente trece o quince años; un niño de casi diez u once; dos adultas que aparentaban ser hijas de una señora mayor que también se encontraba allí, y por último estaba un señor que al parecer era el esposo de una de ellas dos.
Conversaciones distintas pero tranquilas se veían en el mismo momento, la de los niños era una y la de los adultos otra, mientras todos comían la niña más pequeña les ofrecía papas a las personas que se encontraban en la mesa pero nadie le recibía, una de las adultas tomaba bastante agua y se tocaba constantemente el cuello haciendo un mal gesto con la cara, como si le estuviera doliendo, todos comían tranquilamente y ésta misma le daba muchos besos a la niña pequeña. La otra mujer tomó una servilleta y el mando de una nueva conversación en la que solo estaban involucradas ella y la otra chica que parecía ser su hermana.
La mujer que tomaba agua continuamente levantaba los brazos como si estuvieran hablando de algo grande o impresionante, luego de esto le limpió la boca a la niña pequeña con una servilleta y le seguía dando besos, en eso muy cariñosamente le dio uno en la boca, la forma de comportarse con ella me dio a entender que era su madre. Todos seguían comiendo tranquilos mientras las dos mujeres hablaban, una de ellas le quito de las manos la gaseosa al niño ya que estaba tomando demasiada, en eso la pequeña le hacía gestos a su madre para que le pusiera atención, empezó a saltar arrodillada en la silla y la miraba como diciendo “por favor ponme cuidado”, al su madre no ponerle la atención que la niña quería, la pequeña optó por jalarle uno de los aretes largos que traía puestos pero ésta simplemente le corrió la mano y siguió sin mirarla, la niña al darse por vencida empezó a jugar con los empaques donde van empacadas las hamburguesas y con los vasos de gaseosa de todos, el niño se unió a la conversación y pareció que dijo algo gracioso porque todos se comenzaron a reír.
Como la niña estaba jugando con los vasos de gaseosa uno de estos se le rego en la ropa y en la mesa, su madre se veía muy enojada por la expresión que tenía en su rostro y porque le dio un pequeño golpe en la mano a la pequeña, todos quedaron en silencio mientras la reprendía por lo que había hecho, su hermana y el niño fueron corriendo a buscar servilletas mientras la joven adolescente terminaba de comer, la señora mayor y el que podría estar segura de que era el papá de la niña recogían la basura de la mesa. La hermana de la madre de la pequeña y el niño volvieron agitados a la mesa con muchas servilletas en sus manos, la mujer se volvió a sentar y el niño empezó a llevar la basura a la caneca. Mientras todos recogían y limpiaban seguían hablando pero esta vez con una expresión mucho más tensa, como si el acontecimiento que acababa de ocurrir le hubiera dado un rumbo distinto a la situación.
La madre de la pequeña les hizo un ademán a todos dándoles a entender que era hora de irse, se pusieron de pie y empezaron a salir con bastante afán, tal vez por la hora ya que era bastante tarde para ser domingo o porque tenían que hacer más cosas. De esta familia me llamó mucho la atención que en todo el tiempo que estuvieron comiendo ninguno de ellos saco algún aparato electrónico, incluyendo celulares tal vez para contestar alguna llamada o para chatear, algo que ahora es muy común en las personas, me pareció extraño ver esto ya que ahora es común en la sociedad ver a las familias sentarse y no dialogar sino chatear.
POR: LAURA RESTREPO
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